Desde la llegada de Huesitos a la clase de 3 años hemos recopilado información y ya sabemos que él no es el único al que se le ha roto alguna vez un hueso.
A muchos de nuestros padres y madres también les ha pasado. Lo hemos recogido en un cuadro de doble entrada y parece que Huesitos ya no está tan triste (estaba avergonzado porque era el único en su familia que se había roto un hueso).
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